ECHI E REMINISCENZE CALDERONIANE ALLA
RAGUNANZA DI VILLA DORIA PAMPHILJ
El día 28 de abril 2013 en Roma tuvo lugar una manifestación cultural promovida por la asociación Liber@arte en el estupendo escenario de Villa Doria Pamphilj. El objeto de esta “Ragunanza” era la presentación de una recopilación poética de textos que celebraban la poesía arcadica italiana y sus temas, es decir la naturaleza y el desgaste de los cuatro elementos por culpa de los seres humanos. Yo soy uno de los autores publicados y estoy muy contento de tener la posibilidad de compartir con todos ustedes mi texto, que està dedicado a don Pedro Calderón de la Barca.
…e Iddio credette di vedere cosa buona e giusta…
a Pedro Calderón de la Barca
All’ombra d’un cipresso
Cradrico il fio pastore
lo zefiro suo canto
qual cetra accompagnava.
“Di prima lotta al tempo
che d’imperar su Foco
Aere chiedea e l’Acque
su Terra governare.
«Tu terra unita ad acqua
confonditi in argilla.
Ravviva, o foco, il petto
e insuffla vita, aria».
Di fatturo fattori
si fero e del creato
si diè dominio all’uomo.
Con inumano abracio,
sconvolta ivi la mente,
ei gli elementi violò.
L’amminitrice voce:
«Come promessa antiqua
da te tu men verrai.
Lo spirto te mancherà,
e foco ti scompatti,
e acqua ti vapori
e terra tornerai»”.
Da tenebre e silenzi
fu ratto avvolto il mondo.
Un tuono tacque il canto
e folgore in abisso
il pastor precipitò.
La razón de esta dedicatoria es tan simple como interesante. Seguro que todos conocen y han leído al menos una vez el drama La vida es sueño pero quizás no todos conozcan el omónimo auto sacramental. Pues es justamente éste el texto que me inspiró.
Los autos sacramentales son piezas teatrales de carácter religioso cuyo núcleo central es la eucaristía. El auto calderoniano que tomé en consideración tiene como tema central la Creación; la del mundo y la del hombre. Sería muy curioso detenerse sobre la relación entre el primer monólogo del príncipe Segismundo (Ay mísero de mi, ay infelice…) con lo que dice el recién nacido Hombre en el auto sacramental pero estoy seguro de que, si hojeamos bien por la web o en una biblioteca, se encontrarà con facilidad que ese tema ha sido analizado en profundidad.
Es la primera creación la que nos interesa; la creación de los elementos y del mundo; la creación en que Aire, Agua, Tierra y Fuego, a través de un discurso dialógico, pretenden la supremacía sobre los demás. En principio parece que en este auto Calderón une lo que Dios separó. En Génesis1 Dios crea por separación;
E hizo Dios la expansión, y separó las aguas que estaban debajo de la expansión, de las aguas que estaban sobre la expansión. Y fue así.
Y llamó Dios a la expansión Cielos. Y fue la tarde y la mañana el día segundo.
Dijo también Dios: Júntense las aguas que están debajo de los cielos en un lugar, y descúbrase lo seco. Y fue así.
Y llamó Dios a lo seco Tierra, y a la reunión de las aguas llamó Mares. Y vio Dios que era bueno.
(Gén. 1, 7-10)
Un poco más adelante dice:
Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.
(Gén. 1,26)
Pero en Génesis2 se lee:
Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.
(Gén. 2,7)
En su auto sacramental Calderón dice:
Poder: Venid, pues y al hombre hagamos
(VS, v.472)
Es así que, a partir del Génesis2 y pasando por Calderón, llego en mi poemillo a la creación del Hombre a través de la unión de los elementos. Tierra y Agua crean arcilla, el Fuego la solidifica y el Aire, el soplo divino, le da vida. Es decir, son los elementos que crean al hombre y en el mismo momento en que el hombre se olvida de esto, los elementos empiezan a deshacerse.
De aquí la importancia del respeto que se le debe a la naturaleza, porque sin ella nosotros ya no somos nada.
Sin querer hacer un estudio filológico de mi texto quiero precisar que la figura del pastor Cradrico se ha mantenido de una precedente versión que aquí os pongo:
Pace cercando andava
degl’amorosi lai
al ristoro d’un pino
Cradrico il fio pastore.
En estos versos, sin darme cuenta antes, siento en mi oído el eco de los versos de la primera égloga de Garcilaso de la Vega. En aquel poema los dos pastores “Salicio juntamente y Nemoroso” cantan sus versos por su amor perdido aunque en manera diferente. Cradrico, en cambio, sentado a la sombra de un ciprés (evidente símbolo de muerte), canta una canción que siente lejos de sí; nunca se imaginaría que él mismo se transformaría en el sujeto de su canto. De esta manera, el pobre pastor casi es un personaje dantesco, alegórico, que sufre la pena que pacíficamente cantaba tal vez salvando así la Humanidad entera.
La antología está editada por la editorial ArteMusa editore
(http://artemuse.altervista.org/ )
Riccardo Lamperti

